Pocas mujeres lo practican, y muchas
menos lo admitirán. Sin embargo, en las atrevidas memorias íntimas de la
bailarina neoyorkina Toni Bentley, tituladas La rendición, la autora levanta el velo sobre una práctica sexual
prohibida por la Biblia
y celebra «el goce que se halla más allá de las convenciones, con sus riesgos y
sus pasiones».
Nos referimos –claro está- a la sodomía, a
la penetración anal, un acto que «no es tabú... pero sí lo es», afirma Bentley.
Pero esta mujer de hoy, moderna, que vive como muchas otras mujeres de nuestros
días, no teme contar abiertamente su «rendición», tras ser iniciada por un
amante en este placer radical e inesperado, para abordar todos los aspectos de
ese acto «sagrado» en el que ella se siente renacer. No sólo se puede recibir placer vaginal, el placer anal
existe, y hay mujeres que disfrutan al encontrarlo. Y hombres al darlo.
Edita Tusquets