
Cloe, adolescente tan bella como
provocativa, puede ser la perdición de Pedro. Ella puebla sus sueños, ella es
la razón de esperar que pasen las horas en la tienda de ropa; Cloe, como la
mítica protagonista de la primera novela erótica conocida, pero actual,
excitante, promiscua. Pedro dedicó su
vida a mejorar la de las personas a través de ayudarles en su forma de vestir.
La pequeña tienda de ropa que abrió con su mujer en el pueblo fue muy pronto un
éxito. Pero su vida actual transcurre monótona hasta que un día aparece Cloe.
Una
adolescente provocadora, guapa, sugestiva, dulcemente alocada, que se convierte
en la obsesión de Pedro y que hace caer todas sus fortalezas; desde su
particular don, pasando por el futuro de la tienda y hasta su familia. Se
traspasa va más allá del erotismo y nos invita a enloquecer ante la belleza,
aunque se tema que nuestra locura no tenga futuro.
Quién es Luis Soler Dauchy
(Mahón,1974). Pasa por
diferentes emisoras hasta consolidarse en la Cadena SER donde actualmente edita
el principal programa a nivel insular. Siempre le tentó la literatura hasta que
su amor a Andalucía se convirtió en un poema ganador en un certamen local. Este
premio se volvió a producir en ediciones posteriores. Se traspasa
es su primera novela publicada.
Qué nos anticipa Luis Soler Dauchy
sobre su novela:
Preguntado
sobre los posibles paralelismos entre Cloe, la protagonista femenina, y la Lolita de Nabokov, afirma “Es un
orgullo, claro. Lolita es un claro referente del género y Cloe no ha pretendido
ser un calco de ese éxito editorial. Sin embargo, Cloe ha nacido para ser la
manzana del árbol de la tentación. ¿Quién no mordería una fruta fresca,
apetitosa y sobre todo prohibida? Eso lo va a tener que resolver el
protagonista masculino de la novela. Esta Cloe es, en cierto sentido, más
universal, aunque se parezca a Lolita en edad y atrevimiento.”
Sobre
la sexualidad en Baleares y su
relación con la novela, afirma el autor “Hay que puntualizar que, visto desde
dentro, este archipiélago tiene cuatro islas y cuatro formas de disfrute sexual
(si se me permite el atrevimiento). Formentera está en la memoria colectiva de
una joven Lucía que vive plenamente el sexo mientras recorre la isla en una
motocicleta. Ibiza es el desenfreno, la noche, la juerga y la incursión en los
límites. Mallorca es la eterna luna de miel. Y Menorca es, aunque no lo cito
textualmente, el lugar del sexo maduro y pausado, relajado, que intenta
recuperar el protagonista cuando se ve acorralado en un pueblo de provincias de
la península. Vamos, un escape, una reconciliación con un matrimonio que ha
perdido el fuelle, la pasión. Pero insisto, en ningún momento cito la isla de
Menorca pese a lo que se puede reconocer fácilmente en esta isla a la que
algunos de los protagonistas van en un momento de esta historia.”